domingo, 8 de mayo de 2011

Un poema de "Codex de los poderes y los encantos" de Martín Rodríguez-Gaona


El 3 de mayo pasado, en la Residencia de Estudiantes de Madrid, se presentó Codex de los poderes y los encantos (Olifante EDiciones) de Martín Rodríguez-Gaona (Lima, 1969). Los comentarios estuvieron a cargo de las escritoras Fieta Jarque y Sandra Santana.

Rodríguez –Gaona es poeta, traductor y ensayista, ha vivido en Estados Unidos y España, y ha publicado los libros de poemas  Efectos personales (Ediciones de Los Lunes, 1993), Pista de baile (El Santo Oficio, 1997) y Parque infantil (Pre-Textos, 2005) y el ensayo Mejorando lo presente. Poesía española última. Posmodernidad, humanismo y redes (Caballo de Troya, 2010). Su obra como traductor de poesía estadounidense  contemporánea incluye versiones como La sabiduría de las brujas de John Giorno (DVD, 2008) y Pirografía: Poemas 1957-1985 (Visor, 2003), una selección de los primeros diez libros de John Ashbery.



V. XIMENA FRENTE A UN ESPEJO ROTO

                                                           Siendo la principal intención de aquellos reyes
que en esta casa no entrasen hombres, ni en la del sol mujeres.




Yo siento el vértigo de los números,
cada vez ante las velas,
los cumpleaños.
En la mirada, hace apenas un instante,
la eternidad de nuestras vidas,
mas todo acaba:
la luna ilumina el firmamento,
vuelvo a dormir sola.

La sala impecable, los últimos artefactos
eléctricos, siempre esta existencia digna,
orgullosa y ridícula
con mis propiedades.

Si  hubiese sido de otra forma.

Rumores, fantasías y envenenados
chismes.
Mis amorosas y obedientes hijas.

Poco en realidad me convence,
pero todavía anhelo a ese hombre fuerte,
rotundo, único.
Si el precio pagado no hubiese sido
tan alto
y a quien yo quiero
me quisiera.

Es como cuando a alguien le amputan
un brazo o una pierna,
y sabiendo qué le falta
el dolor lo despierta por la noche
justo ahí,
donde no hay nada.

Al fin lo escribo, aunque
me dé vergüenza
decirlo:
Puede Dios perder al mundo
pero a mí
no me fallará.


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