miércoles, 6 de octubre de 2010

Reconocimiento póstumo a poeta José María Millares



En un artículo aparecido en El País el periodista J. Rodríguez Marcos, habla sobre el reciente reconocimiento literario póstumo a José María Millares ( (Las Palmas de Gran Canaria 1921-2009. Dice lo siguiente:

"A veces la justicia poética es tan lenta como la otra justicia. Pero, también como la otra, termina llegando. José María Millares Sall murió en septiembre del año pasado a los 88 años y ayer recibió el Premio Nacional de Poesía por el libro Cuadernos. 2000-2009, editado por Calambur, el mismo sello que publicó el título ganador del año pasado, La casa roja, del leonés Juan Carlos Mestre.

No es la primera vez que el galardón del Ministerio de Cultura, dotado con 20.000 euros, se concede póstumamente. Sucedió ya con Vicente Gaos, Joan Vinyoli, Basilio Fernández López y José Ángel Valente, que en vida también lo había recibido.

Nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1921, Millares Sall desarrolló en los últimos años de su vida una actividad frenética que volcó en cientos de cuadernos a los que llamaba Celdas. De allí salieron los poemas recogidos en el libro premiado, cuya publicación coincidió con la aparición de más inéditos, los recogidos en Esa luz que nos quema (Barataria).

Anarquía, esperpento, onirismo y surrealismo son algunas de las palabras que el propio Millares utilizó para definir su poesía, aunque, según él mismo, la más precisa era existencial.

Millares se estrenó editorialmente en 1949 con Liverpool, un libro publicado en la colección de la revista Planas de poesía, fundada por él mismo en colaboración con sus hermanos Manuel, el célebre pintor informalista, y Agustín, también poeta. En sus 18 números y antes de ser cerrada por "decisión gubernativa", la revista promovió un diálogo con las artes a través de la colaboración de autores como Juan E. Cirlot o Rafael Santos Torroella y llegó a publicar el poema Crucifixión, de Federico García Lorca, cuando era inédito.

Lorca y Aleixandre eran dos referentes básicos para los Millares, que también se acercaron, si bien de manera muy personal, a la corriente dominante de la época: la poesía social. Agustín fue, de hecho, incluido en la histórica antología preparada por Leopoldo de Luis.

"Un poeta, amigos míos, es un hombre como vosotros / Y como vosotros sueña en un mundo igual, / Tierno como una legumbre en nuestras bocas", decían unos versos de aquel libro inaugural, Liverpool, que trató de elevar la crítica política con unas gotas de irracionalismo.

Después de pasar largas temporadas, duraban años, entre Madrid y Las Palmas, Millares volvió definitivamente a su ciudad en los años ochenta. Desde entonces no paró de escribir. ¿Cómo? "Como quería, o como me daba la gana, sin pensar si lo que hacía era o no del gusto del lector", dijo. Y también: "A veces pienso que escribo para una generación que aún no ha nacido, y para otros que todavía tendrán que aprender a leer poesía". Un año después de su muerte, los lectores parecen haber llegado al futuro."


LIVERPOOL (Fragmento)



Sobre vuestros curtidos rostros de paloma endurecida,
sobre vuestras sonrisas de sal y vino agrio, ya sobre los duros cristales de la niebla,
está mi alma, están mis ojos, amigos,
y sobre el último dolor de la tierra,
y sobre el último dolor de mis manos, tanteando el duro cemento de una puerta vacía,
y sobre la última agonía de las aguas está flotando mi corazón, señores, mi corazón.
Por favor, abridme paso, dejadme cruzar este túnel de plomo,
que quiero ser el primero en llegar con mi sangre a los muelles de Liverpool.
Amigos, vosotros que os perfiláis como aletas de pescado
sobre las últimas esquinas de los buques;
vosotros que de cada rincón saltáis de una bodega a otra
como sapos de azufre ardiendo, como tristes pezuñas de lagarto,
para husmear el rojo carbón de las calderas,
para darle vida al hierro como al alba le dais su fruto,
para darle aliento al agua que se aleja para siempre de la tierra,
del polvo que tanto amáis tras unos ojos,
decidme que puedo soñar en vuestros rostros de ceniza
y en vuestras sucias calles de alquitrán, y en vuestros hogares de nata corrompida,
y echar la raíz de mi sangre como un ancla sobre vuestras jurisdicciones marítimas,
porque además de ser un hombre como vosotros, soy un poeta,
y un poeta es un corazón más sobre la niebla del mundo.
Por favor, abridme paso, que quiero ser el primero en saludar con mi sangre vuestras sonrisas de azufre,
vuestras mujeres de estopa. Por favor, abridme paso.

(De Liverpool, 1949)

Foto 1 de Blog Desde el acantilado http://desdeelacantilado.blogspot.com/2010/03/un-poema-de-jose-maria-millares-sall.html




No hay comentarios: