martes, 30 de junio de 2009

LA SOLEDAD IMPURA DE PEDRO GRANADOS

Pedro Granados (Lima, 1955) ha publicado una antología de sus poemas escritos entre 2003 y 2009 bajo el título “Soledad Impura". Dividido en cuatro partes, el libro transita el encuentro inevitable con la muerte –principio y fin del ser-, la presencia del amor como constatación de la vida, el viaje hacia uno mismo y hacia el mundo, así como el regreso a la poesía como único hogar del poeta, como auténtica patria de la que nunca se fue. Y, además de la que nunca podrá irse.


Desde el inicio, Granados nos habla sin medias tintas, apuntando al blanco y dándonos en el centro del pecho. Su narrativa y sus reflexiones se valen de las ideas como vehículo de contención y de la emoción como una puerta abierta para la sensibilidad, sin límites (quien pueda sentir, que sienta). Un tajo de verdad, de autenticidad, de sinceridad en el punto vital de este reino de las apariencias y de los estados unidos virtuales.

No hay nada político en lo que dice, pero todo es político. Como los herméticos italianos se vale de la poesía para denunciar, pero se asienta más allá de lo panfletario, en la esencia de la poesía, en ese lugar que trasciende épocas como un río perpetuo, y que va recorriendo las diversas realidades históricas a través de un hilo conductor: custodiar la belleza-verdad, cuya peculiaridad es cambiar siempre de rostro: somos uno siempre, y esta es la razón por la que podemos realmente ser todos.

En la primera parte “De nuevo a casa”, hay un poema notable el número 3 (A Germán, i.m.). Me tomo la libertad, de citar un fragmento:

“Estás muerto. Muertísimo.
Hecho todo un cadáver
No lo niegues.
Muertos tus recuerdos.
Muerto el amor
desde hace mucho tiempo.
Mano que se abre
y exhibe las entrañas.
Mano que se cierra
y escribe,
Has dosificado las palabras.
Pero tu corazón gira
sobre la estepa. Va dando tumbos.
Pero ahora es solo la muerte.
Te llamo porque me muero.
Te digo adiós para siempre.
Juntos y disciplinados
todos. Calzados incómodamente
para esta nueva civilización.
Te llamo desde una ventana.
El Perú ha sido una trampa.
Trampa para los afectos,
para dejar la lengua
a la intemperie.”

En la nota de prensa que nos invita a la presentación del libro, el poeta Julio Heredia señala sobre Pedro Granados, lo siguiente: “Desde que publicará en 1978 su primer poemario, “Sin motivo aparente”, no ha dejado de producir guiado por una ética de la justicia y una vocación innata por explorar las entrañas de la palabra. “Soledad Impura” es su más reciente aventura literaria y el décimo libro de poesía que publica. Se trata, una vez más, de constatar la realidad mediante la inasible palabra. Nombrar las cosas y el acontecer es aquí otorgarles unas alas que llevan más allá de lo tangible”.

El libro será presentado este miércoles 1ero. de julio a las 7.30 pm en la sala Lumières de la Alianza Francesa por el crítico y escritor Juan Carlos Mústiga y por el poeta Julio Heredia, quien oficia además de anfitrión.

Granados ha publicado anteriormente los poemarios Juego de manos (1984); Vía expresa (1986); El muro de las memorias (1989); El fuego que no es el sol (1993); El corazón y la escritura (1996); Lo penúltimo (1998); Desde el más allá (2002) y, virtualmente, Al filo del reglamento.

La cita es pues este miércoles 1ero. en la Alianza Francesa de la Av. Arequipa 4595, Miraflores. Todos están invitados. La entrada es libre.

sábado, 27 de junio de 2009

CECILIA PODESTÁ: FRAGMENTOS DEL LIBRO INÉDITO “REINO DE SAL”



Nacida en Ayacucho, Perú, en 1981, Cecilia Podestá tiene una voz que como un arma dulce e implacable va cortando la realidad real y penetrando los caminos sembrados de imágenes oníricas y neblinosas. Autora de una poesía conversacional, narrativa, pero al mismo tiempo sumergida en las raíces del ensueño, Podestá tiene la virtud de una suprema valentía, a prueba de gritos y asechanzas extremas.

Más allá del miedo, están su vocación y su talento, ellos la acompañan en su diaria batalla por vencer sus fobias y fantasmas, y encarar las calles con rotunda firmeza. Presentamos fragmentos de su libro próximo a aparecer bajo el título “Reino de sal”.


Ha publicado los poemarios “Fotografías Escritas (Premio Dedo Crítico Poesía 2002, reeditado en el 2007 y 2008), “La Primera Anunciación” (Ajos y Zafiros 2006), “Muro de Carne” (2008). También ha publicado la pieza dramática Las “Mujeres de la Caja” (2003) y “Desaparecida” (libro de intervención, 2008). Dirige el sello editorial Tranvías Editores.


De “REINO DE SAL”


(*)

te hubiera amado sin tocarte, sin conocerte,
solo imaginando como tu cuerpo se convertía en una barca
que se hundía para destruir sus heridas
bajo la luz absoluta de la noche sobre el agua.


pero no fuiste hecho para recibir luz y conservarla.

(*)

me llevaste a tu casa.
me pediste que colocara mis cosas, mis telares, mi risa y su eco
que ahí viviría contigo,
ahí, donde esa mujer se había arrastrado para ti.

vi lo que quedó de su piel rodeando mis pies.
su amor eran las ramas secas
que se retiraban por el ruido de mi cuerpo
sobre el tuyo.

reconocí un único trono, un único reino
en el que las ratas tragaron de mis cabellos y de los tuyos.

un único reino, un único trono y ratas.


aproveché tu sonrisa fascinada por mi baile desnudo entre los telares
y quemamos juntos esa casa para construir otra.

salimos los dos, riendo
celebrando el fuego
inventando felices una vida cimentada por las ratas
que seguían a su rey.

debieron haber ardido también las viejas historias en ese puerto de miseria, pero sólo se quemaron las flores de papel que ella había dejado para ti.

(*)

de pronto, el amor fue un animal violento extendido bajo la mesa
lamiendo nuestros pies.

lamentabas que yo no tuviera bajo el axila el olor a humo y sal.
o que no haya tenido un pasado miserable.
me culpaste por haber vestido lujosamente,
por no haber pasado hambre
y por haber vivido en un palacio.

no sabías que dentro de ese palacio
también el amor era un animal que devoraba cada uno de mis huesos
cuando los dejaba ya sin carne secándose bajo el sol.

ahora yo lamentaba la transformación de tus ojos
en las ratas súbditos
que dormían y parían amablemente entre mis cabellos.

tu amor
era el opio que me echabas a la cara
junto a las telas con las que pretendí ahorcarme más de una vez.

entonces me extendí sobre el cuerpo de otro y lo amé.

(*)

y caminé como si dejara una gran ciudad en decadencia,
ya sin luz
rodeada por el sonido del agua que espera con paciencia para destruir.

era tuyo el reino, tuyo el trono
y la corona llena de cada ojo hirviendo en desprecio.
estabas rodeado de las ratas henchidas
que dormían a tus pies
después de haber devorado al hombre del puerto
y su gran amor.

caminé, hasta que el paisaje se hizo borroso.
volteé a verte con crueldad
lanzando para ti y como una red la peor
y la más desgraciada de las maldiciones
y vi como se convertían tú y tus lacayos,
tú y tu reino,

y el cuerpo servido del que te amó como banquete para tus animales;
en la sal por la que te vendiste,
la que cubrió y envileció tu hambre,
y la que hizo miserable a cada hombre o mujer que te tocó.

lunes, 22 de junio de 2009

CARMEN VALDIVIA GANA I CONCURSO DE POESÍA DE MUJERES “SCRIPTURA”

Con el libro "Voces", la poeta Carmen María Valdivia Santibáñez ganó el I Concurso de Poesía de Mujeres “Scriptura”, organizado por la Comisión de Escritoras del PEN CLUB INTERNACIONAL DEL PERÚ.

Un jurado compuesto por los poetas Graciela Briceño, Elvira Ordóñez, Ricardo González Vigil y Tulio Mora fue el encargado de elegir por mayoría al libro ganador presentado con el seudónimo Madre Tierra.

La poeta ganadora del concurso tiene una vasta obra literaria inédita, compuesta por poesía, narrativa y dramaturgia. Desde 1994 radica en la ciudad de Arequipa donde ejerce como asesora jurídica y docente. Más adelante presentamos en exclusiva algunos textos del libro premiado.



Nacida en Lima, Carmen Valdivia Santibáñez es abogada de profesión por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Se ha especializado en pedagogía religiosa en la Escuela Superior de Evangelización y Catequesis del Arzobispado de Lima, y en Lengua y Comunicación en la UNMSM.

“Su vida profesional se ha enriquecido con la experiencia obtenida como misionera en la Comunidad Misionera de Villa Regia (Parroquia de La Trinidad, Lima), durante los años 1985 y 1994. Es socia fundadora de varios grupos dedicados al arte y la cultura, socia de la Casa del Poeta Peruano y pertenece a la directiva del Centro de Escritoras de Arequipa (CEA)”, refiere la nota de prensa del PEN CLUB.

La nota de prensa del PEN CLUB expresa también que “considerando la gran calidad de los trabajos finalistas de esta primera edición del Concurso Scriptura, en la que participaron 214 mujeres peruanas residentes en Lima, provincias y el exterior; el Jurado Calificador consideró otorgar tres Menciones Honrosas”.

Los poemarios seleccionados fueron:

Mujeres Difíciles, de Clarivel Valverde Cárdenas.
M
A
, de María Luisa Adrianzén Herrán.
Para Vivir, de Elena Pasapera Seminario.

La ganadora recibirá como premio $ 1000 dólares y 50 ejemplares de su obra, la que será publicada por la editorial Carpe Diem e inaugurará la serie “Nuevas Poetas”.

La entrega oficial del Premio del I Concurso de Poesía de Mujeres “Scriptura”, la presentación de la obra ganadora VOCES y la premiación a las ganadoras de tres Menciones Honrosas, tendrá lugar el próximo 30 de junio del 2009, a las 7:30 pm, en el Auditorio del Centro Cultural de España en Lima – CCE (Natalio Sanchez 181, Santa Beatriz, altura cuadra 6 de la Av. Arequipa).

La ceremonia contará con la presencia del Jurado Calificador, así como de las representantes de las instituciones organizadoras de este certamen nacional de poesía, la escritora Marita Troiano, Directora de la Comisión de Escritoras del PEN del Perú, y Yolanda Prada, representando al CCE. La entrada es libre, y habrá vino de honor.



EXCLUSIVO: POEMAS DEL LIBRO GANADOR




V O C E S

Carmen Valdivia Santibáñez




DESDE LA TIERRA

Busco en el horizonte tu baúl de misterio
donde guarda el ancestro su atado de recuerdos
La ciudad pinta gris el hambre de sus habitantes
Por los muros destila sangrante la tristeza
El cactus rompió la urna
para editar punzante
nueva la historia
Voces.



SONIDOS DEL SILLAR

El sillar está muriendo en la boca de la noche
Abortando sus sueños en la penumbra triste
Él dibuja semblantes,
perfiles,
arabescos
Es rey en los palacios
Dulzura en los solares
Encanto en las iglesias
Y cumbre en las ciudades
Dicen que es piedra labrada en cuerpo recto
Magma, fusión que explota de una garganta roja
Sólido mineral de cohesión sinuosa
Avalancha que brota de una entraña furiosa
Dicen y dicen, dicen tantas cosas
Nadie escuchó el quejido, blanco llanto de niño
El desgarrarse lento de su corazón de olivo
Ni el repique vivaz de su alegre locura
Jugando al mago ignoto
Cara al sol
Voces 31
Sangre y luna
Su color nos resuena como sonrisa clara
Como palabra virgen que ha sido nombrada
Como el cálido beso entre azules miradas
Como la paz que nunca podrá ser ultrajada
Aún así el sillar muere en la oscura noche
Soportando batallas de una ciudad confusa
Agoniza
Espera llegue el alba nodriza
Y le devuelva color,
ángulo,
forma,
línea,
Y él, vestido de tradición
le cantará a la vida.



INTERIORES

A veces,
las espinas no logran germinar sonidos
en la carcajada de una noche oscura
A veces,
las espinas se antojan angostas ventanas de luz
que acurrucan un nido entre tu tiempo y el mío
Visité tu corazón
con olor a eucalipto
y retama
Y me quedé acunada
al compás de tu pecho.



DESVÁN

No quiero ser desván de tus desechos
Cuarto oscuro de la vida sin vida
Corazón que no puede resonar en latidos
No quiero encuentros de placeres vacíos
Sin alma, sin historia, sin ti mismo
No quiero ser soledad con el agua a cuestas
y la viña en frutos
muriendo en el desierto
No quiero encontrarte sin llenarnos
del mundo, del universo
Sin nosotros.



DESEOS

Cabalgo en mis deseos
Te imagino palmo a palmo
Barro y cielo
Mi corazón estalla en pedazos
Busco la esencia de tu ser
A tientas encuentro tu ternura,
tu templo de sabio y ermitaño
Con la vida descalza
hago de tu cuerpo mi remanso
La barca que me adentra
por mares tempestuosos
Dividiendo el oásis de mi espacio
caminaré en el desierto
Tal vez serás la brisa que me calme
O la hoguera que despierte mi silencio.



TE BUSCO… ¿ DESPERTARÉ ?

Las calles me golpean con tu ausencia
Pulmón, corazón y estómago, pugnan por escapar
de mi ser y acunarse en tu abrazo de leche y miel
El smog y el ruido de la ciudad me estorban
sin lograr aturdirme
A tientas y a tropiezos busco en el aire tu perfume
Caigo
La desesperanza me ahoga
Se burla la vida
de ideales no engendrados
Hay sollozos
Tal vez mañana cambie todo
El dolor florecerá en amores
Y el arco iris celebrará una nueva alianza
Pero hoy, las calles se han vuelto rojo – oscuras
Y como un cruel estómago, se tragó mis sueños
Todo me golpea Me golpeo con tu ausencia
Entonces … quizá despierte.



Para mayor información haz click.

viernes, 19 de junio de 2009

CÉSAR CALVO: “AYÚDAME A QUEDARME CUANDO ME ENCUENTRE LEJOS

"Para Elsa poco antes de partir" es quizás el poema más bello que escribió César Calvo (1940-2000), otro de los poetas emblemáticos de los años sesenta. Vital sobre todas las cosas, amó el amor hasta donde es posible amarlo y transitó los caminos de la literatura de la mano de ese poder humano y divino.

Calvo fue amigo y cómplice poético de Javier Heraud. Lo recordamos ahora, a través de esta ofrenda literaria que se ubica más allá de la muerte, y también lo escuchamos interpretar la canción de despedida de quien nunca se irá de este mundo y tampoco se irá de los otros mundos posibles.









PARA ELSA, POCO ANTES DE PARTIR

(Fragmentos)


Porque vivo hace siglos en el aire
como
un
trapecio
vacío
yendo y viniendo
de lo que he sido a lo que no seré

Porque cruzo los días como un puñal la cara del que huye,
como lápiz sin dueño sobre el papel en blanco
Porque escribo estas líneas no solamente con mi vida
sino con el jadeo de todos los fantasmas que me amaron,
de todos los fantasmas que murieron y renacieron
con el rostro vuelto a una feroz desolación,
culpándome
Porque con culpa escribo, con el lento rumor de tus ropas
cayendo en la penumbra de Ginebra, cuando aún era tiempo
y los relojes ignoraban el peligro, sus agujas
como el abrazo de un náufrago en la dichosa
profundidad,
mi boca persiguiendo tu vientre en el silencio que
precede a los incendios
y las almohadas húmedas y los ojos que ya no veré
nunca
girando en los espejos y en la noche infinita:
ayúdame a quedarme cuando me encuentre lejos
Ayúdame a quedarme cuando me encuentre lejos
En todo cuerpo que mis manos conduzcan
a la hoguera,
en todo cuerpo que mis manos alejen de la orilla,
tú seas el reverso de esa inútil victoria,
la única copa que no desdeñe después del vino fúnebre

Nada puede aprisionar el viento sino la libertad
Nada sino la libertad podría rodearnos ahora
y hacerte comprender que estuve solo
porque la intemperie no cabía en aquel cuarto sórdido
que tú insistes en llamar país, doce millones de rostros
pegados a los muros de un Orden repudiable y desleído
Porque yo he recorrido las colinas de Francia
y he visto en el estruendo verde,
en la delicadeza desbocada de junio
he visto un niño lejano y eternamente dormido
bajo un río de sangre

Y he cruzado el Pont Neuf con los ojos vueltos
al turbio origen del destello …..
Los días pasan por tu rostro como una cicatriz oscura
Ayúdame a prescindir de esos fantasmas que amo y que destruyo
y mis dedos te palpan con la voracidad de un ciego
en la noche
Me había olvidado de la noche
e había olvidado de algo tan simple y verdadero
como beber un vaso de agua, levantarme en la sombra
de los cuartos prestados,
dejar correr el tiempo todavía entre sueños
y luego despertarme con la sed en tu cuello
Me había olvidado que la vida también está hecha
de todos estos ínfimos, esos heroicos acontecimientos
que se cumplen a tientas
entre un cuerpo desnudo y otro cuerpo desnudo,
entre el cauce del río y el vaso de la boca
Me había olvidado de escribir simplemente,
como quien bebe o ama, sin que el Olimpo se me suba a la cabeza
Me había olvidado que un poema se prepara con minuciosa alegría
como un regalo que ya nadie espera,
y se moldea con urgencia
y violencia, con irrepetible,
con irremediable ternura,
como hacerle el amor a una mujer que va a morir mañana

Me había olvidado que te vas a morir mañana
Ayúdame a ser el caminante que no pide nada
Me había olvidado que me voy a morir mañana
que no pide nada sino un poco de camino …..
pero que yo no me dé cuenta …..
que no husmee tu mano
me había olvidado
el receloso animal que me habita…..
…ayúdame a no olvidarte
y la pesada piedra que me amarra hacia el fondo
sea una pompa de jabón, las alas de un dulcísimo castigo
Ayúdame a ser el caminante que no pide nada
sino un poco de camino,

un tronco de sombra junto al fuego
Pero que yo no me de cuenta,
que no husmee tu mano el receloso animal que me habita
el desolado animal que me habita en la noche
y en el día
deja abierta la puerta para que tú regreses o me vaya

Ayúdame a quedarme cuando me encuentre lejos
cuando me encuentre lejos de la memoria
que me devuelves sin proponértelo
como quien llena un vaso de agua simple
y en el gesto de su mano extendida caben todos los mares …..

Ayúdame a quedarme cuando yo haya pasado
cuando yo haya pasado sobre el papel en blanco
como un cuchillo por el rostro
de estos días
en donde tú ya eres
la sonrisa que insiste cuando los labios cesan

El mar se abrirá entonces
y ha de pasar en medio
de las olas
ese
niño
indefenso
y en su mano nosotros como el último fósforo.






Aquí pueses conocer más sobre César Calvo.

miércoles, 17 de junio de 2009

UN CORAZÓN SOBREVUELA LA HISTORIA

En “El escritor y sus fantasmas”, Ernesto Sabato sostiene que la prosa es lo diurno, mientras que la poesía es lo nocturno. De ser esto cierto, el teatro sería una especie de atardecer, un intenso crepúsculo o una madrugada de esas que tanto amaba el poeta Luis de Camöes, en las que es posible develar aquello que se aleja siempre de la luz y la oscuridad.

Ni prosa ni poesía, y por ello mismo ambas cosas, el teatro reúne la energía, el movimiento y las palabras de los actores en una historia que sólo es posible frente a frente, con un público que vive a través de los actores, los autores y cada uno de sus personajes interpretados.



Eduardo Adrianzén y Claudia Sacha han escrito una obra peligrosa y memorable. Peligrosa porque Javier Heraud (Lima 1941, Puerto Maldonado 1963) es un mito en la historia literaria y política peruana, lo que hace difícil abordarlo adecuadamente, sin caer en el lugar común, el panfleto o el análisis calculador.

Nada de estas falacias hay, felizmente, en “Heraud: El corazón volador”. Es una obra intensa, sin dejar de ser lúdica; lúdica sin perder profundidad. Es una danza y también una oración; una selva y también una playa. Los árboles de oriente y las escasas palmeras del océano pacífico. Heraud es humano de pies a cabeza: un niño que sueña, se engríe tiernamente con sus seres queridos y se enfurece como un guerrero incontrolable y puro frente a tanta injusticia. Esto es lo que hace que la obra sea memorable. Para guardarla en el mejor espacio de nuestros recuerdos.

La dirección de Óscar Carrillo le da el soporte poético que resguarda la historia de cualquier pretensión mayor en la puesta en escena. La sostiene en su lugar de principio a fin, aunque no existan pantallas gigantes de video, ni música estridente, ni testimonios o noticias de la época que, como ecos incongruentes, puedan tomar por asalto la verosimilitud de la representación.

Un texto de lujo con una dirección de lujo, sostenida por un elenco que discurre por los diversos territorios de la obra como si se tratara de un viaje inédito de corazón a corazón, por Lima, pasando por la ex Unión Soviética, París, Cuba, Puerto Maldonado y las ciudades imaginarias que habita cada uno de nosotros.

Franklin Dávalos, Elvira de la Puente, Carlos Mesta, Sonia Seminario, Camila Mc Lennan, Juan Carlos Pastor, Tommy Párraga y André Silva son los responsables de la emoción, la exaltación, la melancolía y la tristeza que podemos sentir escena a escena. movimiento a movimiento, luz a luz, sombra a sombra, amanecer y atardecer juntos, sin separarse jamás.

”Javier Heraud fue nuestro Rimbaud y nuestro “Ché” Guevara al mismo tiempo… así como fue el joven miraflorino amado por todos y a la vez el idealista que asumió los años 60’ hasta el sacrificio. Una época, dos personalidades, y un solo corazón capaz de volar gracias a la eternidad de su poesía”, así definen Eduardo y Claudia esta obra escrita a cuatro manos.

En estos tiempos de balances y reencuentros. La vida, nuestra vida está a la vuelta misma de la realidad, esperándonos. Quizás no es la que esperábamos encontrar, pero es la nuestra; o quizás sí es exactamente como la soñamos. Puede ser o no. La verdad es que está allí, para ir a su encuentro, para caminarla con pasión, con libertad hasta que todas las calles se acaben.





EXTRACTO DE “HERAUD: EL CORAZÓN VOLADOR”
Hasta el 12 de julio en la Alianza Francesa de Miraflores (jueves a lunes, 8 p.m.)
Casa Teatro Racional del 16 de julio hasta el 8 de agosto (jueves a sábado, 8 p.m.)



Luz sobre cuatro personajes, quizá máscaras


CAMARADA
El camarada Javier Heraud es un ejemplo de combate y entrega por el socialismo

ACADÉMICO
Heraud es ante todo un poeta y un intelectual al que debemos estudiar separadamente de su ideología equivocada

JOVEN ACTUAL
¿Heraud? Ah, ¿el del “El Río”? Sí, algo escuché en el cole

CHICA ACTUAL
Era churro

CAMARADA
Su sacrificio sigue inspirando la futura revolución

ACADÉMICO
Por favor, dejemos de lado su militancia política

CAMARADA
Mejor dejemos de lado a los que quieren olvidar que murió luchando por sus ideales

ACADÉMICO
Lo que permanece es la obra

CAMARADA
Lo que permanece es el ejemplo

CHICO ACTUAL
Escribía paja. ¿O no?

CHICA ACTUAL
Y era churro

Los cuatro desaparecen de escena

HERAUD
Unos quieren mi sangre. Otros quieren mis libros. Otros solo una frase para estampar en una camiseta. Otros inventarán leyendas que se acomoden a sus intenciones. Lentamente uno se convierte en recuerdos. Se difumina. Como un sueño. ¿Pero de qué está hecho un hombre, si no es de sueños?

IDEA
¡De sus ideas!

HERAUD
De qué está hecho un hombre, si no es de su humanidad a gotitas. Dónde termina el poema y dónde empieza él. Dónde lo que realmente fue. Dónde lo que los demás decían que era. Dónde sus detalles. Sus silencios. Su rabia. Dónde las veces que quiso gritar “no”. Las veces que dijo “sí” aún dudando. Dónde lo que rechazó. La casa de la que no pudo escapar. Los viajes que no hizo. Las miradas que evitó. Los puños apretados. Los días que no estaba. Los días que no era. Lo que intentó. Lo que ganó sin proponérselo. Lo que soñó despierto. Lo que vivió aturdido. Dónde queda un hombre en medio de tanto. ¿Delante de cuál historia? ¿SU historia? ¿LA Historia?

IDEA
Todos los hombres están hechos de retazos, pero se pasan la vida tratando de que no se les noten las costuras. (Pausa) Vamos, Rodrigo Machado. Nos queda mucho trabajo pendiente

HERAUD
Primero dime por qué desperté en mi ciudad. Dime por qué he vuelto cerca de mi casa

IDEA
Qué importa, si ya no estás cerca de nada. Finalmente todos los muertos son iguales

HERAUD
Mentira. Los muertos escuchamos a otros muertos. Yo escucho las voces de las fosas comunes. Hay cientos de ellas. No hablan español, pero los puedo entender. Ellos no tienen familias que vayan a dejarles flores, ni a rendirles homenajes. Están solos. Completamente solos y ya se cansaron de llorar. Algunos todavía esperan a que alguien los encuentre, y se asombre, y derrame por lo menos una lágrima. Otros ya perdieron la esperanza. “No importamos” los escucho decir. “Todos saben que nos mataron, pero nadie quiere oírnos”, y ni aunque los desentierren lograrán reconocer sus huesos. Son cientos. Miles. Sin nombre ni apellido. No existen. Son nadie. Yo al menos tenía una tumba y una familia que siempre me amó. Ni siquiera en la muerte somos iguales. (Pausa) ¿Por qué estoy aquí?










Poemas de Javier Heraud, hacer click aquí.

jueves, 11 de junio de 2009

POESÍA EMERGENTE



En el marco del FESTIVAL FUSIONA mañana viernes 12 de junio, desde las siete de la noche se realizará un conversatorio sobre literatura emergente, en el auditorio Elisa Toulliere (pabellòn F, tercer piso) de la Universidad Tecnológica del Perú (cruce de las avenidas 28 de Julio y Petit Thouars). Contará con la participación de Alessandra Tenorio, Denisse Vega, Juan Pablo Mejía y Karina Valcárcel. Habrá mesa de venta con las publicaciones de los participantes, vino de honor y cierre con música. La entrada es libre.


FUSIONA VIVE



ALGUNOS POEMAS DE LOS PARTICIPANTES


ALESSANDRA TENORIO (1982)


Ocurre


Ocurre que tal vez el amor sea una elección diaria
meteorológica
calendarística
o estúpida

Ocurre que tal vez la palabra tenga algún valor
y no se pueda decir siempre / con igual desparpajo
como quien dice: hola
adiós
pan
o agua

Ocurre que hoy, precisamente hoy, al levantarme
decido que seas tú
quien me tienda la cama
me prepare el café
me conciba un hijo

...y mañana
mañana tal vez sólo desee
que seas mi amigo, mi hermano o mi padre
el que me enseñe a cruzar pistas
el que me obligue a comer cebollas

y quien sabe...
tal vez algún verano
abriré la puerta
para que envejezcamos juntos

y seré para ti
lo que un día de calor
un año bisiesto
o un reloj atrasado
nos dicte al oído


Retrato (Milena)


Ahora que no apareces en las
sombras de mi ventana
por fin encuentro el nombre
de nuestra hija.
Es exacta combinación
de tus huracanes y mis brisas.
Ese sabor a granos de café
recién pasado.
Puedo sentir los ojos

de Milena

y esa risa que inundaría estrepitosa

nuestra casa.

Por fin

ahora que no estás
puedo delinear su pequeño cuerpo

en el aire

y enseñarle las palabras que jamás dijimos.
Jugaría a buscar a Milena
en tus pestañas
la encontraría sentada en tus rodillas
aprendiendo de las cartas.
La haría pequeña

-pequeñita-

para que no estorbara
en medio de la cama.
La haría mujer
para que te llenara
los bolsillos de preguntas
La haría Milena
-nuestra Milena-
rítmica y sonora
al compás de nuestros apellidos.
Ahora que tengo el nombre preciso para ella
justo ahora que Milena es apenas un esbozo del pasado
unos trazos inexactos
en lo blanco del papel
empiezo a comprender que Milena
no será nunca Milena.



Retrato (Familia)


Para mi familia toda
cuando mi abuela tenía 5 años
yo era rosada enorme nebulosa
mi padre tenía sombrero con espuelas
la casa era grande+los hijos
y mi abuelo monosílabo y sin risa
cuando mi abuela cumplió 15
ya había perdido las muñecas
mi padre era el arbusto que crecía en el jardín
la casa se llenaba de juguetes
y mi hermano era la próxima visita
cuando mi abuela dejó de tener hijos
empezó a tejer los roponcitos de sus nietos
mi papá tenía 5 años
yo era rosada enorme nebulosa
mi mamá era un punto en el espacio
mi abuelo la mitad de la vida de mi abuela
mis tíos los árboles del cuarto de visita
cuando mi abuela me vio por primera vez
yo había enflaquecido demasiado
tenía dos letras eSSes en mi nombre
y los 5 años de mi padre en las pestañas
cuando papá cumplió los 10
aprendió a cargarme sin caerse
mi madre _ aún no había nacido _
seguía siendo un punto en el espacio
mientras yo
empezaba a construir mi casa
con un patio de huéspedes
para poner las semillas de mis hijos



JUAN PABLO MEJÍA (Lima, 1982)


Canción para mi ojo derecho



El centro de la ciudad
vive en mi ojo derecho.
Todas las noches
las mareas estelares
se convierten en jaulas
para los temores.
el tiempo es en mi cráneo
una hoja dormida
sobre la superficie oblicua del viento.
Tan pronto haya cesado la lluvia
en los corredores de mi mente,
descansaré.


Poema


Y hasta aquí ha conseguido arrastranos
la tormenta de tu cuerpo
porque es aquí donde nacen tus sonrisas
y muere la voz de tu fuego.

Porque aquí
más allas de tus sombras
cerca del recuerdo
se encuentran todos tus secretos agrupados
como niños alrededor de mi voz.




DENISSE VEGA (1986)


Oscuridad


Humedecida hollada
Y no saciada la oscuridad
Persiste
Dilata más las cuencas
Estruja la cárdena cima
La mujer en su insistencia
Cede su cuerpo como la sed del jaguar
A la sangre de una liebre
Es la cruz central del sacrificio
Cada poro se desbasta y vuelve a tramarse
La ebullición cuesta abajo
Es un hogar de rojas y azules exequias
En la oscuridad esa mujer sortea nombres
Mientras que cómo infantiles recuerdos
Punzantes manos la auscultan más allá
Del revés de sus ojos
Hasta que finalmente en medio del más alto gemido
Encuentra el suyo


Despegarse de sí


Como el sol de sus vanas metáforas
Descubrir los verdaderos reflejos del silencio
Verse partir de mil formas
Como un pequeño fuego
Un animal mitológico
Una égloga vacía
U otro camino de batientes horizontes
Ah
Pero todo sería menos soez
El hundir fúlgidamente mis pasos
Hasta en cualquier lenguaje surcado
Por venenosas fragatas con baluartes
De sanguinolentas patrias
Sin fermentar mis raíces
Si tan sólo la mano túrgida de luz
Emancipadora
Que prometiste sobre mi cabeza
Se construyese
Hasta quedar en mis ojos un pabellón
De definitivas señas

Tu cuerpo cae en el poema

Como en un lecho de vivas lápidas
Ha muerto tu nombre
El aire de tus alas
El misterio que aullaba advirtiéndote el encanto
Como en una procesión detrás de tus ojos también van
Los seres que amamantaste
La soledad como fantasma mordaz y riente
El placer como caracol que se encoje succionando
Lo áureo de tus llagas
Tu cuerpo cae en el poema
Y acaso estas palabras germinando en tu tierra muerta
Sean los perfectos pies
Para comenzar los verdaderos pasos?
Cubierta
Moldeada de ti
Renazco
Para seguir el rigor contrario de tu sombra




KARINA VALCÁRCEL



Ama de casa


Como una pila de crucigramas vacíos
esperamos llegue la noche
para preguntarnos cuál es la capital de Singapur.

Depuramos nuestra forma de extrañarnos
rascándonos las espaldas.

Incomprendida
como una ballena con branquias ,
me paso la tarde arrugando papeles
Observando mi piel de elefante
en un pequeño espejo redondo.

Imagino estarás evitando el ahorcarte con el cable del teléfono
mientras una señora cuarentona te grita groserías de alto calibre
Pero el aullido de nuestro pequeño hijo
me devuelve al espacio correcto
y con excesos de cambio.

Terminando de doblar la última chalina
aumento el volumen de la radio
He de salir a comprar embutidos
y los rufianes no entrarán a mi casa.

La luna aparecerá como vaho en un espejo
y yo abriré mis labios
porque sabré que pronto
estarás por volver.




De Vendo o Alquilo minidepartamentto - Poema II: Cocina



Tengo en la despensa de mi nueva casa
un frasco repleto de lágrimas verdes
que mezclo con platillos imaginarios
que sirvo con gusto a mis invitados.

Tengo, tengo
tengo un bonsoir bonsoir , bonsái
tatuado en la rodilla
que acaricias después de luchar desnudos en el pasto
y me dices: -“Soy vegetariano”-
a los cinco segundos me convierto en un maracuyá
enorme y jugoso que exprimes
mueles
trituras
con la licuadora que te regalaron cuando te graduaste de dentista loco.

Dentro del vaso, mi cuerpo acuoso se va evaporando
mientras miles de moscas caen sobre mi cabeza
-“Soy un tanto ácida”- te respondo
y muerdes tu pobre, inocente lengua
la sangre incipiente se mezcla conmigo que soy tu bebida
que soy algo
que ya no existirá
en los próximos dos minutos.



De abrelatas, poema IV


Empleamos las manos y los pies
probamos nuestra carne y la perdemos
olvidamos que las uñas son para arañar
y las cortamos,
nos frotamos las pestañas
y al final del día tenemos quejas en voz baja.
Déjame soñar...


Para mayor información.



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MÚSICA CALLADA

“Descubre tu presencia,
y máteme tu vista y hermosura;
mira que la dolencia
de amor, que no se cura
sino con la presencia y la figura”.


San Juan De La Cruz


Doy vueltas por la noche, intento abarcar la mirada que el mundo ha dejado para mí este día. Leo en la sombra y en la luz, las cosas de siempre y las otras que permanecen lejos, aquí adentro en mi corazón.

Desde allí, leo a Eduardo Chillida: “Un día soñé una utopía: encontrar un espacio donde pudieran descansar mis esculturas y que la gente caminara entre ellas como por un bosque”.

Esa utopía se llama Chillida- Leku, un espacio, un lugar, un paraje donde conviven cincuenta años de la obra de este escultor sin edad.


En este lugar, ha inaugurado hoy 'De música callada', un exposición en la que muestra 32 obras que entablan un díalogo esencial con la mística de los poetas San Juan de la Cruz, San Agustín y José Ángel Valente.

Como un río interior o como una presencia invisible pero rotunda, asoma Federico Mompou, quien creó música a partir del silencio:

“Esta música no tiene aire ni luz. Es un débil latir del corazón. No se le pide llegar más allá de unos milímetros en el espacio, pero sí la misión de penetrar en las grandes profundidades de nuestra alma y en las regiones más secretas de nuestro espíritu. Esta música es callada porque su audición es interna. Contención y reserva. Su emoción es secreta y solamente toma forma en sus resonancias bajo la gran bóveda fría de nuestra sociedad. Deseo que mi música callada, este niño recién nacido, nos aproxime a un nuevo calor de vida y a la expresión del corazón humano, siempre la misma y siempre renovando”.



Esta música que es silencio. Y silencio que es música y palabra al mismo tiempo. Un lugar en el mundo, para el mundo, para el ser. Dice Chillida:

"Yo soy de los que piensan, y para mí es muy importante, que los hombres somos de algún sitio. Lo ideal es que seamos de un lugar, que tengamos las raíces en un lugar, pero que nuestros brazos lleguen a todo el mundo, que nos valgan las ideas de cualquier cultura. Todos los lugares son perfectos para el que está adecuado a ellos y yo aquí en mi País Vasco me siento en mi sitio, como un árbol que está adecuado a su territorio, en su terreno pero con los brazos abiertos a todo el mundo. Yo estoy tratando de hacer la obra de un hombre, la mía porque yo soy yo, y como soy de aquí, esa obra tendrá unos tintes particulares, una luz negra, que es la nuestra."

Sobre la exhibición, se lee en el Diario de Noticias de Gipuzkoa que Chillida dijo, al inaugurarla que: "La música no podría existir sin silencio del mismo modo que la escultura no podría crearse sin vacío”. Y, según San Agustín: "la música es la ciencia de modular bien", para hallar la vía que conduce a Dios.

“Mi Amado las montañas,
los valles solitarios nemorosos,
las ínsulas extrañas,
los ríos sonorosos,
el silbo de los aires amorosos,

la noche sosegada
en par de los levantes de la aurora,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena que recrea y enamora.”

Cuántos han bebido de estos versos que forman parte de “Cántico” de San Juan De La Cruz. Y siguen y seguirán haciéndolo. El mundo se revela a través de las palabras, que son música y silencio, antes y después: una forma inmutable que cambia y permanece más allá de la muerte.

José Ángel Valente, el poeta de “Fragmentos de un libro futuro” está igualmente en la muestra, hablando con el vacío, riendo y llorando con el silencio, caminando en voz baja por la ruta que nos lleva al tiempo del arte.

“Y todos los poemas que he escrito
vuelven a mí nocturnos.
Me revelan
sus más turbios secretos.
Me conducen
por lentos corredores
de lenta sombra hacia qué reino oscuro
por nadie conocido
y cuando ya no puedo
volver, me dan la clave del enigma
en la pregunta misma sin respuesta
que hace nacer la luz de mis pupilas ciegas”.



La interpretación de Musica Callada No. 1 de Federico Mompou es de Lorna Pollock, piano.

Para conocer más de Chillida-Leku hacer click aquí.

domingo, 7 de junio de 2009

ASÍ TERMINA LA VIDA Y COMIENZA LA SUPERVIVENCIA

En 1855, el jefe indio Seattle de la Tribu Sywamish dirige al presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce, una epístola que va más allá de los tiempos. Pasado, presente y futuro son el eje de la vida, de la naturaleza, de la historia del ser humano y la continuidad de su permanencia en el planeta tierra. Poesía hecha de la sabiduría, del poder de la energía humana. Presencia múltiple de las palabras que debieran ser nombradas cada día, como una oración.


CARTA A TODOS LOS TIEMPOS

El Gran Jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras. El Gran Jefe también nos envía palabras de amistad y buena voluntad. Apreciamos esta gentileza porque sabemos que poca falta le hace, en cambio, nuestra amistad. Vamos a considerar su oferta, pues sabemos que, de no hacerlo, el hombre blanco podrá venir con sus armas de fuego y tomarse nuestras tierras. El Gran Jefe de Washington podrá confiar en lo que dice el Jefe Seattle con la misma certeza con que nuestros hermanos blancos podrán confiar en la vuelta de las estaciones. Mis palabras son inmutables como las estrellas.¿Cómo podéis comprar o vender el cielo, el calor de la tierra? Esta idea nos parece extraña. No somos dueños de la frescura del aire ni del centelleo del agua. ¿Cómo podríais comprarlos a nosotros? Lo decimos oportunamente. Habeis de saber que cada partícula de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada hoja resplandeciente, cada playa arenosa, cada neblina en el oscuro bosque, cada claro y cada insecto con su zumbido son sagrados en la memoria y la experiencia de mi pueblo. La savia que circula en los árboles porta las memorias del hombre de piel roja.

Los muertos del hombre blanco se olvidan de su tierra natal cuando se van a caminar por entre las estrellas. Nuestros muertos jamás olvidan esta hermosa tierra porque ella es la madre del hombre de piel roja. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros. Las fragantes flores son nuestras hermanas; el venado, el caballo, el águila majestuosa son nuestros hermanos. Las praderas, el calor corporal del potrillo y el hombre, todos pertenecen a la misma familia.

Por eso, cuando el Gran Jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras, es mucho lo que pide. El Gran Jefe manda decir que nos reservará un lugar para que podamos vivir cómodamente entre nosotros. El será nuestro padre y nosotros seremos sus hijos. Por eso consideraremos su oferta de comprar nuestras tierras. Mas, ello no será fácil porque estas tierras son sagradas para nosotros. El agua centelleante que corre por los ríos y esteros no es meramente agua sino la sangre de nuestros antepasados. Si os vendemos estas tierras, tendréis que recordar que ellas son sagradas y deberéis enseñar a vuestros hijos que lo son y que cada reflejo fantasmal en las aguas claras de los lagos habla de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo. El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre.


Los ríos son nuestros hermanos, ellos calman nuestra sed. Los ríos llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si os vendemos nuestras tierras, deberéis recordar y enseñar a vuestros hijos que los ríos son nuestros hermanos y hermanos de vosotros; deberéis en adelante dar a los ríos el trato bondadoso que daréis a cualquier hermano.

Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de ser. Le da lo mismo un pedazo de tierra que el otro porque él es un extraño que llega en la noche a sacar de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermano sino su enemigo. Cuando la ha conquistado la abandona y sigue su camino. Deja detrás de él las sepulturas de sus padres sin que le importe. Despoja de la tierra a sus hijos sin que le importe. Olvida la sepultura de su padre y los derechos de sus hijos. Trata a su madre, la tierra, y a su hermano el cielo, como si fuesen cosas que se pueden comprar, saquear y vender, como si fuesen corderos y cuentas de vidrio. Su insaciable apetito devorará la tierra y dejará tras sí sólo un desierto.

No lo comprendo. Nuestra manera de ser es diferente a la vuestra. La vista de vuestras ciudades hace doler los ojos al hombre de piel roja. Pero quizá sea así porque el hombre de piel roja es un salvaje y no comprende las cosas. No hay ningún lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ningún lugar donde pueda escucharse el desplegarse de las hojas en primavera o el orzar de las alas de un insecto. Pero quizá sea así porque soy un salvaje y no puedo comprender las cosas. El ruido de la ciudad parece insultar los oídos. ¿Y qué clase de vida es cuando el hombre no es capaz de escuchar el solitario grito de la garza o la discusión nocturna de las ranas alrededor de la laguna? Soy un hombre de piel roja y no lo comprendo. Los indios preferimos el suave sonido del viento que acaricia la cala del lago y el olor del mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado por la fragancia de los pinos.

El aire es algo precioso para el hombre de piel roja porque todas las cosas comparten el mismo aliento: el animal, el árbol y el hombre. El hombre blanco parece no sentir el aire que respira. Al igual que un hombre muchos días agonizante, se ha vuelto insensible al hedor. Mas, si os vendemos nuestras tierras, debéis recordar que el aire es precioso para nosotros, que el aire comparte su espíritu con toda la vida que sustenta. Y, si os vendemos nuestras tierras, debéis dejarlas aparte y mantenerlas sagradas como un lugar al cual podrá llegar incluso el hombre blanco a saborear el viento dulcificado por las flores de la pradera.

Consideraremos vuestra oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, pondré una condición: que el hombre blanco deberá tratar a los animales de estas tierras como hermanos. Soy un salvaje y no comprendo otro modo de conducta. He visto miles de búfalos pudriéndose sobre las praderas, abandonados allí por el hombre blanco que les disparó desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo como el humeante caballo de vapor puede ser más importante que el búfalo al que sólo matamos para poder vivir. ¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales hubiesen desaparecido, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu. Porque todo lo que ocurre a los animales pronto habrá de ocurrir también al hombre. Todas las cosas están relacionadas ente sí.

Vosotros debéis enseñar a vuestros hijos que el suelo bajo sus pies es la ceniza de sus abuelos. Para que respeten la tierra, debéis decir a vuestros hijos que la tierra está plena de vida de nuestros antepasados. Debéis enseñar a vuestros hijos lo que nosotros hemos enseñados a los nuestros: que la tierra es nuestra madre. Todo lo que afecta a la tierra afecta a los hijos de la tierra. Cuando los hombres escupen el suelo se escupen a sí mismos.

Esto lo sabemos: la tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la tierra. El hombre no ha tejido la red de la vida: es sólo una hebra de ella. Todo lo que haga a la red se lo hará a sí mismo. Lo que ocurre a la tierra ocurrirá a los hijos de la tierra. Lo sabemos. Todas las cosas están relacionadas como la sangre que une a una familia.

Aún el hombre blanco, cuyo Dios se pasea con él y conversa con el -de amigo a amigo no puede estar exento del destino común-. Quizá seamos hermanos, después de todo. Lo veremos. Sabemos algo que el hombre blanco descubrirá algún día: que nuestro Dios es su mismo Dios. Ahora pensáis quizá que sois dueño de nuestras tierras; pero no podéis serlo. El es el Dios de la humanidad y Su compasión es igual para el hombre blanco. Esta tierra es preciosa para El y el causarle daño significa mostrar desprecio hacia su Creador. Los hombres blancos también pasarán, tal vez antes que las demás tribus. Si contamináis vuestra cama, moriréis alguna noche sofocados por vuestros propios desperdicios. Pero aún en vuestra hora final os sentiréis iluminados por la idea de que Dios os trajo a estas tierras y os dio el dominio sobre ellas y sobre el hombre de piel roja con algún propósito especial.

Tal destino es un misterio para nosotros porque no comprendemos lo que será cuando los búfalos hayan sido exterminados, cuando los caballos salvajes hayan sido domados, cuando los recónditos rincones de los bosques exhalen el olor a muchos hombres y cuando la vista hacia las verdes colinas esté cerrada por un enjambre de alambres parlantes. ¿Dónde está el espeso bosque? Desapareció. ¿Dónde está el águila? Desapareció. Así termina la vida y comienza la supervivencia....




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